Según los andinos - dice Juan -, el miedo o el dolor (las emociones) son sólo síntomas de que uno está en contacto con la hucha.(energía pesada).
Desde el punto de vista de los andinos, el hecho de comprender que la energía pesada no es lo mismo que la negatividad, resulta fundamental, dado que es imprescindible cambiar de percepción para vivir de forma plena y consciente, y con una actitud abierta y receptiva, probablemente la única forma de actuar es protegerse. Si uno adopta esta postura se cierra y corre el riesgo de que su cuerpo energético se convierta en una "cárcel energética". Según los andinos, no suele se beneficioso renunciar a un intercambio con el causay pacha. Cuando uno considera pesada una energía, no hay por qué protegerse de nada. Basta con reconocer que la energía es incompatible, la conciencia de esta incompatibilidad nos permite entonces actuar para transformar la energía, para aligerarla de forma que se vuelva compatible o no nos afecta. La hucha no presenta peligro alguno y no hay necesidad de dejarse llevar por el impulso de protegerse y cerrar el cuerpo energético, ni siquiera si es tan fuerte que uno se siente incapaz de hacerle frente. Juan compara la hucha con una piedra en un jardín. Si cuando intentamos moverla la piedra pesa tanto que no podemos levantarla, lo único que cabe hacer el dejarla donde está hasta que tengamos más fuerza. Pero la piedra por si sola no tiene capacidad para hacernos daño. (Del capitulo Energía pesada y energía ligera del libro Los Guardianes del Conocimiento, de Joan Parisi Wilcox) |